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Tempranillo

Tempranillo

Otros nombres: Cencibel, tinta de Toro, tinto del país, tinto fino; ull de llebre (en catalán).


Tipo y color: Uva tinta; color negro azul brillante.

Principal región: Presente en la mayor parte de la España septentrio nal, y en particular en la DOCa Rioja, donde ocupa más del 75 % de la superficie de cultivo, sobre todo en la Rioja Alta y la Rioja Alavesa. Es la primera variedad tinta de calidad riojana, fundamento de la identidad de sus vinos tintos y una de las grandes variedades nobles del mundo. Posee también gran impor tancia en Ribera del Duero, Toro y Cataluña.

VARIETAL FOCUS: TEMPRANILLO | Lodi Growers

Historia:

Según las investigaciones realizadas sobre su genética, está considerada como una variedad autóctona del valle del Ebro, producto de un cruce entre las variedades albillo mayor y benedicto, que habría tenido lugar hace casi mil años, hacia el siglo x u XI. Se conocen referencias escritas medievales sobre uvas denominadas tempranillo, pero no pueden relacionarse con seguridad con esta variedad, ya que podrían referirse a otras que también maduran precozmente (de ahí su nombre). La primera referencia certera data del siglo XVIII. Más allá de las evidencias científicas, cabe señalar que una leyenda relata la introducción de esta variedad desde Francia por los peregrinos del Camino de Santiago.

En la cepa:

Los racimos son grandes y compactos, y las bayas poseen piel espesa, tamaño pequeño y forma circular. Es sensible a los vientos y a la sequía extrema.

En la cesta:

Variedad de ciclo corto, madura tempranamente, pero tiene una productividad alta, en función del terreno.

En la mesa:

Utilizada sola, está indicada para la elaboración de vinos jóvenes con maceración carbónica. Sin embargo, en general se mezcla con otras variedades (cariñena, cabernet sauvignon), y gracias a ello consigue un gran potencial de envejecimiento: en ello radica la fama alcanzada por el rioja. Es muy versátil, capaz de producir vinos equilibrados, de excelente calidad. Es por todo ello que el rioja ha alcanzado su fama actual. Marida muy bien con platos de caza.

Búscala en:

Como muestra de un varietal riojano cabe citar el premiado Mirto, de Ramón Bilbao (Haro), elaborado a partir de cepas de más de 70 años. En la DO Ribera del Duero también existe una gran oferta de la variedad; como ejemplo, el monovarietal Fuentespina Selección, mientras que en la DO Toro cabe destacar a Numanthia. La DO Uclés cuenta con Quinta de Quercus (Fontana). En Cataluña, Castell del Remei (DO Costers del Segre) ofrece coupages. Desde Napa Valley (California), la bodega Viader también presen ta monovarietales de tempranillo.

EL MUNDO DEL VINO (Ediciones Larousse ed., Vol. 1). (2016). Larousse.

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Queso, Pan y Vino

Los mejores vinos para espaguetis

Los mejores vinos para espaguetis

El maridaje de vino y espaguetis es una de las mejores experiencias gastronómicas que se pueden esperar: ricas especias, verduras frescas, variedad infinita. Es delicioso comer italiano por un día, así que sumérgete y explora los mejores vinos para espaguetis.

Espaguetis a la boloñesa (y espaguetis con albóndigas)

  • Maridaje de vinos: Chianti
  • ¿Por qué funciona?: Es un plato italiano por excelencia, así que acompáñalo con un vino italiano por excelencia.

Este tinto rico y oscuro complementa maravillosamente las hierbas y la salsa de tomate, mientras que esos taninos más pesados van a raspar su lengua de carne grasienta con cada sorbo.

Espagueti a la Carbonara

  • Maridaje de vinos: Soave
  • ¿Por qué funciona?: Además de una buena acidez que se abre paso a través de la grasa, el Soave también tiene un inesperado toque de salinidad.

Es un plato muy rico y que llena mucho, por lo que el vino que lo acompañe tendrá que cortarlo.Esto combina perfectamente con un plato que contiene mucho sodio. Es ligero y elegante: lo contrario de lo que sentirás después de terminar un plato de Primavera Carbonara.

Espagueti al horno

  • Maridaje de vinos: Lambrusco Grasparossa
  • ¿Por qué funciona?: El Lambrusco Grasparossa es conocido por su sabor frutal más oscuro, junto con taninos más fuertes: ambos son opciones sólidas para una salsa a base de tomate que normalmente encontrarás en los espaguetis al horno.

La delicada carbonatación por la que es conocido el Lambrusco marida brillantemente con el nivel más rico de queso que va a encontrar en este plato.

Espagueti all’Arrabbiata (Espagueti picante)

  • Maridaje de vinos: Primitivo
  • ¿Por qué funciona?: Un tinto de cuerpo más ligero con un dulzor parecido al de la canela que debería complementar el picante de esta pasta clásica.

La salsa Arrabbiata es conocida por el calor de sus chiles. Y como muchos alimentos picantes, esto puede significar una agradable sensación de hormigueo. Se necesita el vino adecuado para apreciar esos sabores.

El Primitivo (también conocido como Zinfandel) es un vino con mucho talento: especialmente cuando se trata de alimentos más picantes. Sus sabores afrutados y especiados ayudan a resaltar toda la complejidad del chile.

Espagueti y zucchini a la plancha

  • Maridaje de vinos: Vermentino
  • ¿Por qué funciona?: Estos sencillos pero sabrosos espaguetis reciben un impulso de matices herbáceos y riqueza gracias al paladar medio aceitoso del vino.

Un espagueti vegetariano que lleva calabacín frito en aceite de oliva, nueces trituradas, perejil y sabrosas escamas de chile, parece sencillo, pero es simplemente fantástico.
Pruébalo con un blanco italiano, que es conocido por sus distintivos sabores a tomillo y su regusto aceitoso. El Vermentino crece en toda Italia, pero algunos de los mejores ejemplos se encuentran en la Toscana y la isla de Cerdeña.

Pasta Fra Diavolo Camarones con Salsa Roja

  • Maridaje de vinos: Lambrusco di Sorbara (o un espumoso rosado)
  • ¿Por qué funciona?: Una salsa roja picante y las gambas son demasiado ricas para los blancos, pero demasiado marineras para un tinto tánico: ¡se necesita un rosado!.

El Lambrusco di Sorbara es la más ligera de las variedades de Lambrusco y, naturalmente, da lugar a un tinto de color rosado muy claro. La naturaleza frizzante (ligeramente burbujeante) de este vino debería hacer que la salsa de tomate picante brille dulcemente junto a esas sabrosas gambas.

Técnicamente, la Pasta Fra Diavolo es un invento estadounidense que se originó en algún lugar de la zona triestatal (Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut) a principios del siglo XX. Se pueden utilizar almejas, langostas o gambas, pero lo que la hace única es la adición de chile para potenciar los sabores.

Wine Folly. 2022. Discover the Best Wines for Spaghetti | Wine Folly. Link: https://winefolly.com/wine-pairing/discover-spaghetti-wine-pairings/.

 

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Clasificación del vino por el contenido de azúcares

Clasificación del vino por el contenido de azúcares

Aunque dice el refrán que «clases de vino solo hay dos: el bueno y el mejor», conviene detenerse en las diversas clasificaciones, muchas de ellas estrictamente reguladas, que rigen y orientan en el mundo del vino. Una primera clasificación puede ser entre vinos secos y dulces. Las uvas maduras contienen altos niveles de azúcar que, al fermentar, se convierten en alcohol. Pero, dependiendo de la maduración y de la variedad de uva, en el vino queda un porcentaje de azúcar, que es lo que permite distinguir entre vinos secos y dulces.

Los secos son aquellos en los que las levaduras fermentan la mayor parte de los azúcares que existían al principio en el mosto. Por eso, apenas se notan trazas dulces en el paladar, sensaciones que se detectan en la punta de la lengua.

Bayas De Uva Azul En Viñedo En Campo

Los dulces son los que se obtienen de mostos azucarados. Estos mostos proceden de uvas sobre maduradas en la propia vid -como es el caso de algunos moscateles del Mediterráneo-, de uvas pasificadas tras la vendimia -como los pedro ximénez andaluces – o de la utilización de ambos métodos a la vez, como es el caso del histórico fondillón alicantino, procedente de la uva monastrell.

Los vinos dulces se obtienen también de uvas que maduran gracias al hongo de la Botrytis o podredumbre noble, como los vinos de Sauternes franceses o los Tokaj húngaros. También se pueden obtener estos mostos al endulzarlos con arropes, como ocurre con las mistelas.

Vinos de licor y vinos licorosos

Otro procedimiento para obtener un vino dulce se produce posteriormente, al detener la fermentación, como es el caso de los oportos. Estos son vinos de licor, que hay que diferenciar de los vinos licorosos. Así, los licorosos son vinos generosos naturales dulces sin adición de alcohol, como pue den ser los vinos de Sauternes, los Tokaj, los del Rin y el Mosela, en Alemania (conocidos popularmente como Riesling por la variedad principal que utilizan), los vinos de hielo o Eiswein-también de esta zona alemana o de Canadá, y que se cosechan con las primeras heladas-, o incluso el fondillón alicantino.

En cambio, los vinos de licor proceden de mostos encabezados con adición de alcohol vínico, como los vinos de oporto, los pedro ximénez o el vino rancio de Banyuls, en Cataluña. Este último vino dulce, como el resto de vinos de postre, tiene además la particularidad de que puede ser blanco o tinto, aunque de estos últimos existen menos ejemplos.

Finalmente, dependiendo del azúcar residual que queda en el vino, se puede clasificar en vinos semisecos, semidulces o dulces. Los reglamentos con respecto a los porcentajes de azúcar que deben incluir cada uno de estos tipos de vinos difiere en cada país.

 

VINOS TRANQUILOS

Según el contenido de azúcar residual por litro, la normativa de la Unión Europea fija las siguientes categorías:

SECO: Vinos con un nivel inferior a 4 gramos por litro o 9 g/l si la acidez total expresada en gramos de ácido tartárico por litro no es inferior en más de 2 gramos al contenido de azúcar residual.

SEMISECO: Niveles inferiores a 12 g/l o 18 g/l si la acidez no es inferior en más de 10 gramos al contenido de azúcar residual.

SEMIDULCE: Entre 12 y 45 g/l o entre 18 y 45 g/l cuando el contenido de acidez total expresado en gramos de ácido tartárico por litro no es inferior en más de 10 gramos al contenido de azúcar residual.

DULCE: Vinos con niveles de azúcar superiores o iguales a los 45 g/l.

VINOS ESPUMOSOS

En estos vinos, los niveles de azúcar deben aparecer en el etiquetado. La UE los clasifica de la siguiente manera:

BRUT NATURE: Vinos con un nivel inferior a los 3 g/l y a los que no se les ha añadido azúcar después de la fermentación secundaria.

EXTRA BRUT: Entre o y 6 g/l.

BRUT: Vinos con menos de 12 g/l.

EXTRA DRY O EXTRA SECO: Entre 12 y 17 g/l.

SEC O SECO: Espumosos con un contenido de azúcar entre 17 y 32 g/l.

DEMI-SEC O SEMI SECO: Entre 32 y 50 g/l. 

DOUX O DULCE: Contenido de azúcar superior a los 50 g/l.

EL MUNDO DEL VINO (Ediciones Larousse ed., Vol. 1). (2016). Larousse.

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Desafío para los sentidos; Color, olor y sabor

DESAFÍO PARA LOS SENTIDOS
Color, olor y sabor

Los principales aspectos que se pueden definir de un vino son su color, olor y sabor. Pese a las dificultades que entraña encontrar palabras adecuadas para ello, existe cierto consenso, pues se suelen utilizar términos con los que están familiarizados tanto los aficionados como los profesionales.

Color

La primera fase de observación del vino lleva a definirlo en dos grandes grupos según sea la intensidad del color: capa alta (intenso) y capa ligera (poco intenso).

El color del vino blanco puede ser de tres familias: la de los pardos, entre los que se encuentran el caoba, el pardo o el gris acerado (de más a menos intensidad); la de los amarillos -oro viejo, dorado, paja y pajizo-, y la de los amarillo-verdosos -oro viejo verdoso, dorado verdoso, paja verdoso y pajizo verdoso-.

En vinos rosados, los colores pueden ser: rosa frambuesa, rosa fresa, rosa grosella o rosa salmón, salmón y piel de cebolla (de mayor a menor intensidad).

En vinos tintos, la escala cromática se mueve entre rojo violáceo, púrpura, granate, cereza, rubí, teja o castaño, y marrón.

El color del vino depende de su envejecimiento y también de la variedad utilizada. Así, los tempranillos jóvenes son amoratados, mientras que los cabernet sauvignon tienden al color rubí.

Olfato

En el vino se pueden encontrar más de 800 componentes volátiles o aromas distintos, pero solo 50 pueden estar en concentraciones superiores a su valor umbral, que es a partir del que lo detecta el ser humano. Estos compuestos orgánicos tienen nombres científicos como acetato de isoamilo o eugenol, pero es más aconsejable definirlos por un nombre reconocido.

De forma simplificada, los aromas se clasifican en los siguientes tres grupos:

Aromas primarios: proceden de la fruta y aportan notas florales, frutales y herbáceas frescas, aromas minerales o el de pasificación (aroma apropiado, por ejemplo, para un pedro ximénez, pero no para un tinto).

Aromas secundarios: son provocados por la elaboración y adquiridos durante la fermentación. Entre ellos se encuentran los aromas lácteos, a productos de panadería o pastelería, así como algunos que parecen primarios -como el de plátano o el de caramelo ácido- pero que proceden de las levaduras seleccionadas o sintéticas.

Aromas terciarios o bouquet: se desarrollan durante la crianza, como los frutales evolucionados, el de tinta o las notas lácteas (procedentes de la madera o del trabajo con las lías o battonnage, es decir, el removido de restos sólidos de la fermentación para conseguir una mayor cremosidad del vino). Los más habituales en este grupo son los de especias (vainilla, canela, pimienta o clavo), que aporta la barrica. La madera de roble americano proporciona además aromas a coco y a café torrefacto.

La fase olfativa es vital en la cata, pues no solo hace que un vino en un primer ataque produzca atracción o rechazo, sino que, posteriormente, en la vía retronasal, e incluso tras ingerirlo, deja un posgusto que popularmente se considera como el «sabor», aunque realmente sea producto del aroma.

Sabor

Los cuatro sabores que detecta el paladar son:

  • Dulce: se percibe en la punta de la lengua en los primeros segundos de la cata. En los vinos secos lo aportan los alcoholes, y en los dulces, además de estos, el azúcar (glucosa, fructosa, arabinosa y xilosa).
  • Ácido: se percibe en los bordes y debajo de la lengua, en los labios y en los dientes. Lo aportan los ácidos del vino, como el tartárico, el láctico y el cítrico.
  • Salado: se percibe en dos carriles paralelos a lo largo de la lengua. Lo aportan las sales de los ácidos, como los carbonatos o los fosfatos. Amargo: se percibe al final de la lengua rozando la glotis, en la última fracción de cata, cuando el vino desaparece de la boca, y lo aportan sustancias amargas como los polifenoles (taninos) y algunos aminoácidos.

Ni el umami ni el picante se terminan de considerar sabores, pero en cualquier caso tampoco aparecen en los vinos. 

Otros sentidos: tacto y oído

El sentido del tacto entra en la cata de vino a través de la sensación térmica, la temperatura del vino, la real o la inducida por el propio vino, como la calidez producida por el alcohol o la frescura por la acidez. También detecta la suavidad, aspereza o astringencia, así como el volumen o cuerpo.

Aunque parezca un aspecto más literario, el oído también interviene en la cata, al detectar el sonido cuando el líquido cae de la botella. Así se percibe si es un vino con más cuerpo, si va más o menos despacio, si es más rápida la caída. También se utiliza para escuchar las burbujas de los vinos que no son tranquilos.

EL MUNDO DEL VINO (Ediciones Larousse ed., Vol. 1). (2016). Larousse.

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Guía práctica para el maridaje de vinos y cortes de carne

Guía práctica para el maridaje de vinos y cortes de carne

El maridaje entre el vino y el bistec es una de las combinaciones esenciales en tu viaje enológico. Con tantos cortes diferentes y formas de preparar un filete, puede descubrir unos cuantos vinos tintos secos de referencia o puede profundizar en los matices del maridaje.

La regla general a la hora de maridar un filete es elegir vinos tintos secos: los cortes de carne más magros combinan con vinos más ligeros, mientras que los cortes más ricos y grasos combinan con vinos de alto contenido en taninos que pueden cortar la grasa.

Pero cuanto más adaptado esté el maridaje al corte de bistec, más profunda y sofisticada será la experiencia gastronómica.

Sirloin

Uno de los cortes de carne más comunes, bastante magro, con un ligero marmolado de grasa y a menudo cortado con una tira de grasa a lo largo del borde. El sirloin puede hacerse a la parrilla, en el horno o en la sartén.

Vinos a elegir:

  • Tempranillo español: Prueba un Rioja Reserva envejecido.
  • Montepulciano d’Abruzzo: Busque este pilar italiano de Colline Teramane para obtener una calidad extra.
  • Syrah francés: Marida bien con salsas de mantequilla. Consulte las regiones del norte del Ródano (Saint-Joseph o Crozes-Hermitage para una mejor relación calidad-precio y Cornas o Côte-Rôtie para una calidad seria).

¿Por qué funcionan?

El sirloin es un corte de trabajo que puede ser condimentado o salseado de muchas maneras, por lo que hemos tratado de ofrecer vinos flexibles que puedan coincidir con cualquier dirección que esté tomando, pero preste atención a cómo su condimento cambia el plato y elija en consecuencia.

Ribeye

Uno de los cortes de carne más ricos y sabrosos. El Ribeye, muy marmoleado y naturalmente tierno, se adapta bien al calor más seco de la parrilla. La versión con hueso sigue las mismas reglas, pero se corta a la anchura del hueso de la costilla, lo que dificulta su cocción.

Vinos a elegir:

  • Cabernet Sauvignon: Marida muy bien con una cocción en sartén al romero.
  • Sonoma o Napa Valley Zinfandel: Si va a hacer Ribeyes a la parrilla.
  • Amarone della Valpolicella: Rico y ahumado, pero con fruta de cereza.

¿Por qué funcionan?

 El mayor contenido de grasa hace que el sabor sea mantecoso y graso y requiere de taninos altos para cortar la grasa o un sabor de fruta más fuerte para el contraste.

Porterhouse & T-Bone

Si bien el Porterhouse y el T-Bone son cortes ligeramente diferentes, ambos tienen la combinación sabrosa de un lado de filete tierno y un lado de lomo más firme y sabroso. Se puede hacer en una sartén, pero la parrilla suele ser más fácil para mantener la cocción uniforme.

Vinos a elegir:

  • Nebbiolo O Barolo: Un tinto elegante y aromático con taninos firmes del norte de Italia. Sin duda, la opción más recomendable.
  • Aglianico: Tinto rico del sur de Italia con sabores súper carnosos. Pero cuando se añade a un filete de carne, este vino ofrece pura fruta.
  • Xinomavro: Un tinto griego aromático muy sabroso con sabor a fruta roja. Busque vinos de Naoussa y Amyndeon.

¿Por qué funcionan?

Los cortes del Porterhouse y del T-Bone son tiernos, pero bastante magros. Los tintos aromáticos y sabrosos complementarán su combinación de filete.

Filet Mignon

El corte es increíblemente magro, pero tierno y sabroso. A menudo se sirve con salsas, pero también se puede preparar con un simple condimento de sal y pimienta. El mejor es el que se hace a la sartén y se baña con mantequilla.

Vinos a elegir:

  • Merlot: Pruebe uno de Burdeos o del Estado de Washington.
  • Touriga Nacional: Procedente de Portugal, este tinto oscuro y afrutado ofrece sutiles notas florales de violeta. Una gran elección para el bistec a la pimienta.
  • Mencía: Una opción elegante del norte de España con notas de bayas rojas ácidas y mineralidad.

¿Por qué funcionan?

El filete tiene un sabor sutil y todos estos vinos se mantienen en su carril, aportando sabores complementarios que ayudan a resaltar todo lo que hay en este corte.

Strip

Una opción popular por su valor y sabor, el Strip recibe muchos nombres (New York Strip, Kansas City strip) y algunos de esos nombres son el resultado de cortes ligeramente diferentes y de si todavía hay hueso. Pero, en general, se trata de un corte de lomo corto.

Este corte tiene más tejido conectivo, pero sigue siendo un corte sabroso y tierno cuando se cocina correctamente. Hazlo en una sartén de hierro fundido, salada, untada con mantequilla, y déjalo reposar un poco más.

Vinos a elegir:

  • Blaufränkisch: Esta uva de nombre extraño es uno de los tintos más importantes de Austria y Alemania. Los ejemplares de calidad ofrecen notas de cereza negra, buena acidez y un final dulce y ahumado.
  • GSM Blend: Una mezcla que incluye Garnacha Syrah Mourvèdre – Conocida sobre todo en el Valle del Ródano en Francia, incluida la famosa subregión de Châteauneuf-du-Pape.
  • Burdeos sudafricano: El terruño sudafricano, de 500 millones de años de antigüedad, confiere a sus mezclas de Merlot y Cabernet esta cualidad polvorienta distintiva con taninos refinados. Son frutales y terrosos al mismo tiempo.

¿Por qué funcionan?

El Strip es sabroso y un corte de carne de grano grueso, lo que lo hace útil para varios métodos de cocción, pero necesita un vino que pueda complementar el sabor Y cortar la grasa. Estas opciones de vino tienen una fruta fuerte junto con la acidez y los taninos que hacen el trabajo.

Rump

Proviene de un músculo que trabaja más, lo que lo hace firme pero también muy sabroso. Puede beneficiarse de un marinado, pero eso puede desviar su selección de vinos.

Vinos a elegir:

  • Mourvedre: Busca algo de Bandol, Francia o España. Es un gran vino con pimienta que es lo suficientemente robusto para los sabores de la carne.
  • Carménère chileno: un clásico para bistec frito o para un bistec cubierto con salsa chimichurri.
  • Dolcetto italiano: Un vino con un profundo sabor a bayas oscuras, con una acidez suave y taninos altos. Una gran elección para si ha marinado sus filetes rump.

¿Por qué funcionan?

Dado que rump se prepara de muchas maneras para superar la textura firme, hay algunas selecciones que pueden apoyar al cocinero. Tenga en cuenta las salsas para el maridaje y para las demás partes de la comida.

Skirt & Flank

Aunque no son totalmente iguales, tanto Flank como Skirt pueden cocinarse con la misma técnica. Se marinan bien, lo que las hace ideales para las fajitas, pero si lo que se busca es mantener la experiencia de comer carne puramente de bistec, se pueden hacer a la parrilla con sal y pimienta para sazonar.

Vinos a elegir:

  • Sangiovese: Pruebe el Chianti Classico, el Vino Noblie de Montepulciano o el Montefalco Rosso: la acidez y los sabores a frutos rojos cortan la viscosidad.
  • Cabernet Franc: Para un estilo más dulce, afrutado y ahumado, busque un vino de EE. UU. y Argentina. Dirígete a Francia a la región de Chinon, para un cabernet franc herbáceo, si lo estás sirviendo junto con verduras.
  • Garnacha: Otro tinto español para obtener más sabores de bayas rojas y cáscaras que cortarán fácilmente los bistecs masticables.
  • Malbec: El fuerte sabor a bayas y la textura aterciopelada complementan el corte más fibroso y el fuerte sabor de la carne, y los vinos de menor acidez no sufrirán por el corte magro.

¿Por qué funcionan?

Es importante no sobrecocinarse o de lo contrario estará comiendo cuero de zapato, pero incluso hecho a la perfección estos cortes son más duros. Estos vinos tienen como objetivo complementar la carne de vacuno, sabrosa pero masticable, convirtiéndola en una experiencia sabrosa.

Brisket

Aunque no es un ejemplo común de bistec, Brisket merece ser incluida en los posibles maridajes de bistec. Es un corte que se adapta a la cocción lenta y baja, especialmente en un ahumador, como ningún otro.

La selección del vino dependerá del tipo de combustible que haya en el ahumador: se recomienda astillas de madera, pero hay muchas para elegir y cada una aporta algo sabroso y particular. El nogal americano es la recomendación más común para el brisket.

Vinos a elegir:

  • Sagrantino: Un tinto poco común de la región italiana de Umbría. Los vinos son casi opacos, con una fruta negra muy potente y taninos envolventes. El Sagrantino hará que el brisket sea un asunto con clase.
  • Petite Sirah: Una gran opción ahumada y rica de Estados Unidos que tiene grandes taninos que cortan sin problemas la riqueza cárnica del brisket y la barbacoa.
  • Shiraz australiano: Una opción más suave con algo menos de taninos que aporta ahumados y notas de arándanos y moras.

¿Por qué funcionan?

Casi todas las preparaciones de un Brisket va a resultar en algún sabor ahumado y estos vinos complementan y realzan el ahumado.

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